Una de las masías más antiguas e importantes de Pals, del siglo XVI, forma parte de la finca una de las siete Torres de vigilancia que tiene el pueblo, antiguamente las utilizaban para comunicarse, advertir de algún peligro y para refugiarse en ella. Tiene la condición de bien cultural de interés nacional, en la categoría de monumento histórico.
Esta masía catalana ha sobrevivido al paso del tiempo, su inconfundible aire tradicional le confiere una personalidad única, con dos plantas de aproximadamente unos 762 m2, toda ella de piedra, con muchas posibilidades. Una parte de ella, unos 200m2, está ya rehabilitada con mucho encanto por la interiorista Mariona Soler, al entrar encontramos el recibidor que también sirve de distribuidor, que nos separa las estancias de día de las de noche, seguimos y llegamos al amplísimo salón comedor muy luminoso y acogedor con chimenea, y salida a amplio patio, muy privativo, cocina abierta. En la parte de noche, tenemos 4 habitaciones dobles, dos baños. La calefacción es con suelo radiante a gasoil. Toda la propiedad esta rodeada de jardines, es una vivienda muy práctica, manteniendo el estilo rustico, suelo de toba, cerramientos de madera con doble vidrio.
Queda por rehabilitar gran parte de la finca, la casa del guarda, la torre de defensa, son unos 550 m2 con muy buen estado pero requieren una actualización. Amplio jardín donde se podría construir una piscina.
Una de las masías más antiguas e importantes de Pals, del siglo XVI, forma parte de la finca una de las siete Torres de vigilancia que tiene el pueblo, antiguamente las utilizaban para comunicarse, advertir de algún peligro y para refugiarse en ella. Tiene la condición de bien cultural de interés nacional, en la categoría de monumento histórico.
Esta masía catalana ha sobrevivido al paso del tiempo, su inconfundible aire tradicional le confiere una personalidad única, con dos plantas de aproximadamente unos 762 m2, toda ella de piedra, con muchas posibilidades. Una parte de ella, unos 200m2, está ya rehabilitada con mucho encanto por la interiorista Mariona Soler, al entrar encontramos el recibidor que también sirve de distribuidor, que nos separa las estancias de día de las de noche, seguimos y llegamos al amplísimo salón comedor muy luminoso y acogedor con chimenea, y salida a amplio patio, muy privativo, cocina abierta. En la parte de noche, tenemos 4 habitaciones dobles, dos baños. La calefacción es con suelo radiante a gasoil. Toda la propiedad esta rodeada de jardines, es una vivienda muy práctica, manteniendo el estilo rustico, suelo de toba, cerramientos de madera con doble vidrio.
Queda por rehabilitar gran parte de la finca, la casa del guarda, la torre de defensa, son unos 550 m2 con muy buen estado pero requieren una actualización. Amplio jardín donde se podría construir una piscina.